El viaje (Candidato a Himno del Team)

Despídete, decrépita pasta de las entrañas,
ya es hora de andar por las penumbras
de las furtivas cañerías oxidadas y sin sonrisa
y descansar eternamente junto a tus pares.

Ya no verás florecer los movimientos estomacales,
ni conducirás por las carreteras siempre oscuras
de mis adoloridos y solitarios interiores
porque emprendiste el vuelo fulminante
sobre el industrial signo de meditación.
Acompañarás a otros pasajeros perdidos
con tu transporte descomunal.

Oh, ¡jauría visceral del ser humano!
viste la luz y te encegueció.
El río comienza a correr implacable
y te llevará por negros caminos nuevamente
hasta brotar al tranquilo océano.

Musaraña de pardos desechos;
alivio y dignidad negados.
Te entrometes en los secretos de la ciudad.
Pero no acabas ahí en el alcantarillado.
¡Oh no, espuma repelente!
Mientras en vuelo raso bajo nosotros fluyes
toda mi humanidad te despide agradecida
y todo un pueblo te sigue a tu exilio inmortal.
Son los tuyos,
compañeros desechados
adefesios indolentes.

Ya llegarás a tu nueva tierra
para descansar, recordar y perdonar.
La vida del satisfecho interior
y los suburbios subterráneos de la capital
recontarán tu historia.
Tus camaradas de otros sindicatos,
los que llegarán primero,
saben que esa patria desconocida y mítica
carece de encierros.

Junto a la mancomunidad reconfortante
con que andas,
junto a los parásitos que van en tus caderas firmes,
llegarás al destierro de paz;
verás tu cuerpo y tu alma desinfectados,
mirarás al cielo blanco de la tierra libre y propia;
lejos de mis prisioneros intestinos
y del zócalo urbano
rebosante de reminiscencias e inmundicias
que sabrá por los siglos venideros
que por sí transitó la ameba del goce
en su paso indeleble hacia la libertad.


Julio 13 de 2004 (mod. Noviembre 17 de 2005)